jueves, 4 de diciembre de 2014

SENDERISMO 2014// BIAR: DEL SANTUARIO AL CASTILLO



SENDERISMO JUBICAM. ÚLTIMA SALIDA DEL AÑO 2014

BIAR: DEL SANTUARIO AL CASTILLO

El sábado 29 de noviembre ─¡y el tiempo acompañó, hizo un día primaveral!─ 21 componentes del grupo de Senderismo JubiCAM nos desplazamos al municipio de Biar, en la comarca del Alto Vinalopó, para recorrer el trazado urbano de baja dificultad entre el Santuario de la Madre de Gracia, donde nos dejó el autobús, y el Castillo.
El santuario está situado en uno de los lugares más bellos de la comarca, la Sierra de Fontanelles; es de estilo barroco del siglo XVIII y consta de tres naves, la principal cubierta con bóvedas de crucería y revestida de pinturas. La decoración en general es neoclásica y la portada de estilo rococó. Realizada la visita disfrutamos del paseo emblemático por la avenida del Plátano, con su árbol más representativo, a cuya sombra se conserva la fuente a la que accedían los lugareños con sus caballerías. Fuimos descubriendo los pozos de nieve con su característica forma oval y cruzamos el casco histórico muy bien conservado con numerosos vestigios de su pasado rural. Tuvimos la suerte de que nuestro guía, Alfonso, encontrara a un buen amigo que tiene allí su casa y nos invitara a visitarla: extraordinaria toda ella, pues es una cueva incrustada en los bajos del castillo, que ha ido reconstruyendo con materiales de épocas anteriores respetando las dependencias originales.
La subida al Castillo se hizo llevadera y sin mayor esfuerzo pudimos disfrutar las magníficas vistas que desde su atalaya se contemplan. Como se iba haciendo la hora del “arroz” bajamos por la plaza de la Constitución, donde se encuentra el Ayuntamiento, y de nuevo, ché que suerte, nos tropezamos con otra persona, don Miguel Maestre Castelló, quien nos dijo ser el Cronista Oficial de la ciudad. Nos relató las familias que con el rango de Grandes de España aquí vivieron y también hizo una exposición detallada del suntuoso campanario adosado a la iglesia. Sintiéndolo mucho nos tuvimos que despedir de tan extraordinario cicerone y subimos al autobús que nos condujo al hotel rural Finca Fanecaes. Tuvimos un trato verdaderamente amable acompañado por un servicio que estuvo pendiente de todas nuestras peticiones. La comida fue del agrado de todos por cantidad, calidad y buen sabor. Les prometimos volver a título personal y familiar, lo cual nos agradecieron.
Todavía con sol iniciamos el camino de regreso y al llegar a nuestro destino empezaron a caer las primeras gotas de lluvia que durante todo el día nos habían estado respetando. Magnífico final a la última salida del año.


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